lunes, marzo 10

Gorgias

Qué maravilla que es el Gorgias. Creo haber abandonado por acá la última vez que escribí sobre Platón. Ahora lo estoy releyendo y no puedo dejar de maravillarme. Entre nuevo trabajo y que me obligue a realizar un tour de force por el Zarathustra de Nietszche, a Platón lo tenía relegado. Había necesidad de tomar distancia.

Estoy a medio camino del dialogo de Polus, cuando después de haber establecido que lo más importante es saber quién es feliz y quien no, Sócrates le plantea la cura para tres de los cuatro vicios, dejando afuera la intemperancia que en la traducción que tengo dice indisciplina, el que queda amalgamado con la injusticia. Por otro lado, es tan obvio que Sócrates no cuestiona el hecho de querer convertirse en tirano que no deja de sorprenderme.

Igual una cosa no deja de preocuparme, si la filosofía parece ser el remedio para la intemperancia, quiere decir que aún el filósofo necesita de una cura...

8 comentarios:

Gregorio Luri dijo...

Efectivamente, ¡qué maravilla!
Respecto a la intemperancia: NO es lo mismo la del político que la del filósofo.

aro dijo...

Jaja esperaba tu comentario Gregorio. Me di cuenta de lo que me comentas enseguida, con la siguiente frase de Sócrates a Polus. Por otro lado, queda más que claro por qué la apología es, como decís vos, sin sophrosyne. Si Sócrates no logra convencer a Callicles, entonces no tiene sentido tratar de hacerlo con el pueblo Atenas.
Dos cosas más me pasaron releyendo recién por la mitad del dialogo. Qué pocas consecuencias pude obtener de entender a la voluntad de poder y el eterno retorno de Nietszche. Una primera aproximación de las dos están ahí, de la voluntad de poder expresada como naturaleza por callicles y del eterno retorno por Sócrates.
Interpreto que tanto Platón como Nietszche se enfrentan al mismo problema, al que hace fracasar a Callicles en el know thyself. Que es el verdadero problema de la justicia, qué pasa cuando mi mayor virtud, en un caso sabiduría, en la otra maniless, fracasa. Cómo enfrento la posibilidad de que mi virtud sea un fracaso. Sócrates está preparado para morir, ha superado el miedo. Callicles no. Igual sabemos que la filosofía rara vez fracasa, jaja jaja.
Igualmente, y referido con la cura, el tema de la purificación no lo entiendo. Está en Platón y en Nietszche. Me abstengo, por ahora, de considerar que nuestra naturaleza es mala. Con tanto esfuerzo llegue a convencerme que no somos ni buenos ni malos que no querría volver atrás. Pero todavía no se en cada uno a que refiere esté concepto.

Gregorio Luri dijo...

Es un placer discutir contigo. Uno no tiene muchas oportunidades de hablar de Platón de esta manera.
Mi imagen de Nietzsche ha cambiado ha medida que lo he ido tratando. Ahora no lo veo tan lejos de Platón como lo veía hace unos años. Y ello por los siguientes motivo:
1= Porque el Sócrates de Nietzsche es el de Aristófanes. Y, probablemente, el de Platón, también.
2: Porque si la voluntad de poder es real, entonces expresa una verdad terna y, por lo tanto, en este caso concreto, Nietzsche platoniza.
3: Porque la voluntad de poder quizás no esté tan lejos de eros.

Respecto al eterno retorno pudiera ser -y lo planteo como posibilidad de lectura- que esta sea la parte polémica de la filosofía de Nietzsche. Quiero decir que quizás el eterno retorno de lo mismo sólo tenga sentido enfrentado a la idea cristiana de providencia. Si fuera así -y cada vez estoy más convencido de que es así- entonces tampoco en este caso Nietzsche estaría muy alejado de Platón.

Una observación respecto al Gorgias: Platón muestra a Sócrates como un perfecto conocedor de las estrategias retóricas de la sofística. Quizás la palabra "retórica" sea un invento platónico.

Gregorio Luri dijo...

En el punto 2 me refiero a "una verdad eterna"

aro dijo...

Verdaderamente, creo no existe mayor placer que iluminarse con la compañía de ellos dos, y de Strauss por supuesto, que me ha dado la vía de acceso, todavía no sé cómo.
Para mi el Gorgias es muy similar al Zarathustra de la primera parte. Lo dos anuncian el nuevo hombre, los dos aparentemente fracasan, los dos combaten con una voluntad de poder infranqueable, los dos vienen a enseñar una verdad eterna pero solamente posible en el futuro.
En ese sentido, creo que estoy en los comienzos de los dos filósofos, que lidian con lo heredado. Igualmente el trabajo de Nietszche, no es fácil. A falta de uno, se enfrenta con dos hombres extraordinarios que han hecho de su virtud, un modo de vida. Platón en cambio enfrentaba a su pueblo u a Homero que son hasta un punto lo mismo. Por otro lado Nietszche es explicitó cuando dice que, tal vez, nos ha estado engañando con la venida del superhombre.
Estoy completamente de acuerdo de que hay una lectura platónica de Nietszche. Sin conocer mucho de Heidegger, creo que así se puede interpretar cuando dice de él el último metafísico. Bien entendido, podría llegar a ser el último creador de valores. Por otro lado cómo no tomar del maestro todo lo que sea necesario. Mucho más difícil es saber en qué sentido lo supera. Quiero creer que la superación, si existe, es más que desenmascarar la filosofía de Platón, que por otro lado no es completa sin Strauss.
Me han quedado grabada dos cosas que comentabas hace poco, lo de tipos como baumans y que Strauss, quizás, no tenía nada nuevo que decir, obviamente con las qualifications del caso. (leer tanto en ingles me produce sequedad de palabras en Español). Esta última idea no puedo sacármela de la cabeza. Si realmente es que de la Filosofía no se puede decir nada, que la actitud coherente es la de Heraclito, entonces debería dejar de leer a los filósofos esperando todavía encontrar algo y dedicarme a disfrutar el espectáculo más maravilloso que existe. No obstante, me han convencido que se puede elegir un modo de vida y qué vale la pena encontrarse a uno mismo, por más difícil que resulte descubrir lo que hay ahí.
En este sentido, estoy casi convencido que Platón y Nietszche no son distintos y que los dos debieron enfrentarse si no a la misma experiencia, a una muy similar.

Gregorio Luri dijo...

Querido Aro (espero que me aceptes el tratamiento cordial):

- La semana pasada envié a mi editor (Trotta) el manuscrito de mi último ensayo. Se titula "Erotismo y prudencia. Una biografía intelectual de Leo Strauss". A ver qué pasa. Me he pasado cinco años luchando intensamente con su pensamiento.

- Si (y aquí el condicional es decisivo) todo lo relevante está en la superficie y la ciudad ya posee (porque sin esta posesión no habría ciudad) una orientación específica hacia el Bien. ¿Qué papel práctico le corresponde a la teoría? ¡Ninguno! Y esto es lo nuevo que tiene que decir el filósofo straussiano.

- Si tuviera algo que decir sería parcial, porque el sistema ya es poesía.

- El que no tenga nada que decirle a la ciudad no significa que no tenga nada que pensar sobre la ciudad.

aro dijo...

Gregorio, cómo estás? Me tome unos días porque me debía una respuesta que tardaba en llegar. Antes que nada, sabes que tendrás un lector atento, de tempo lento a tu nuevo libro. Qué más me gustará que poder leerlo.
Strauss es sin duda, de los filósofos que conozco, el único que me ha permitido tener un acceso a la contienda entre ellos. Mostrándome cómo leer un filosofo a la luz de otro y viceversa. No sé si este es el mejor medio, pero quería comentarte un pensamiento que me quedo de tu anterior comentario.
Estuve estos das releyendo a Nietzsche a la luz de Platón. No dudo en que hay una lectura Platónica de Nietzsche y en todos lados, entra la quimera lo encontraba a él. Hasta creo haber comprendido la aporía de Sócrates. Como no ver en Nietzsche al Sócrates de Platón capaz de desenmascarar las intenciones de sus contemporáneos, uno con la duda, otra con el eterno decir si, ambos movidos por su voluntad de poder.
Pero ahí encuentro la mayor diferencia, Nietzsche tiene a Platón por enemigo. Entiendo tu conclusión de Strauss del lado de Platón. Si Nietzsche debía demostrarse una voluntad de poder mayor que el divino, a riesgo de hundir a la filosofía en una mayor servidumbre como es el nihilismo, en el cual el filósofo literalmente no tiene nada que ofrecerle al último hombre, el pensamiento del eterno retorno es Nietzsche volviendo como filosofo. No olvidemos que fue Platón quien demostró la ironía de tener fe en lo que uno más desea, cerrando la puerta para cualquier filosofía del futuro que no contuviera a la suya. Frente a este desafío, como vencerlo.
Ni siquiera creo que haya podido expresar lo que pienso, pero a cada línea que avanzo vuelvo a preguntarme por qué la filosofía y no encuentro respuesta. Este es para mí el pensamiento más difícil.

Gregorio Luri dijo...

¿Por qué la filosofía? Esa es la pregunta. Este es el auténtico problema hoy de la filosofía. Personalmente (no estoy muy seguro de lo que respondería Strauss) sólo se me ocurre una respuesta (aunque doble):
- ¿Por qué? (causa eficiente): Porque estamos atrapados por un eros insaciable.
- ¿Para qué? (causa final): Para aprender a callar.

He llegado a la conclusión de que sólo es auténticamente filósofo el que tiene algo que callar.

Respecto a la cuestión Platón-Nietzsche: La clave está en la comprensión del papel que juega Sócrates en la filosofía de Platón. ¿Y si el platonismo fuera una filosofía que se propone enseñarle a Sócrates a guardar silencio?