Estoy, como el post anterior lo muestra, en el medio de la relectura del Symposium teniendo de compañeros las mejores guías, empezando por el curso de Strauss. Me he salteado varios dialogos pero, en algún sentido, la impaciencia está justificada en la necesidad impuesta por el propio Platón de por lo menos leer, sino todos, la mayoría de los dialogos para luego volver atrás en el intento de que en el conjunto se haga manifiesto quién es el filosofo. Comentario externo ¡Vengo a enterarme que no son 7 sino 9 las tetralogías de las obras, como yo pensaba!!!
Estoy al final de Aristophanes. La primera resistencia que me surge de seguir a Strauss es por qué debo considerar refutados los primeros logos de Eros. Como bien dice, no hay dialogo entre ellos por lo no es el dialogo lo que permite su refutación, por lo demás, son intimidades de cada personaje con lo que para cada uno es Eros y éste no estaría completo si no estuviesen representados todos los discursos. Entonces, si en algún sentido cada discurso será refutado en el ascenso, en otro sentido siempre hay un fondo sobre el cual la opinión se encuentra fundada.
Hay tres criterios para refutar cada uno de los discursos, el primero es el agon que deberá decretarse el vencedor por el Dyonisio/Alcibiades. Todavía no hemos llegado a los últimos dos por lo que no es valido. El segundo es la arrogancia de Eryximachus a partir de su arte, quien presumiblemente refuta a Fedro y Pausanias pero no a Aristophanes. El tercero, al parecer utilizado por Strauss, es la necesidad interna de cada dialogo, si logran el cometido que se proponen, en particular la justificación de la pederastia.
A mi modo de ver, un elemento que debería tenerse en cuenta para comprender el Symposium es que todos los personajes están en búsqueda de la guía o el guía necesario, esto explicaría la razón de por qué Sócrates, en un acto de embriaguez, revelaría a los presentes los misterios siendo muy probable que no estaban iniciados y teniendo en cuenta la negativa a hacer un discurso después de Agathon. Al remarcarnos Strauss que son la crema de la intelectualidad de Athenas, nos puede querer decir que ninguno de los presentes se encuentra satisfecho, como lo pide Aristophanes, con las respuestas a la naturaleza humana que la ciudad puede proponerles. Por eso, quien poéticamente mejor entiende la situación de la polis es incapaz de dar cuenta de la imposibilidad de la solución de la polis, incapaz de volver atrás por más reaccionario que sea.
Quiere decir esto que el iniciado en la filosofía necesita de la guía, mejor dicho, es quien más necesita de ser guiado. La razón, podemos presumir, es que es el más peligroso de todos, quien cree saber y no sabe. En el amor, es el despechado y quién sabe de lo que es capaz. De los cuatro primeros discursos tenemos, primero a fedro que es un Alcibiades en potencia, seguramente sin la misma capacidad, es el más peligroso y seguramente por esto es necesario continuar el dialogo con él en seguida del Symposium. Luego tenemos al nihilista temeroso de la Ley pero que, descreído de los viejos ideales se contentaría con poder disfrutar su vejez rodeado de adolescentes. Al científico que no cree en la ciudad, o mejor dicho, por que cree poder eliminar los males o el azar demanda de la ciudad obediencia. (estaba ojeando en wikipedia la biografía de Von Newman. Todavía uno no realiza en qué pocas manos estuvieron los designios del mundo. Habría que ver si se refería a él Strauss cuando decía que quien creo la bomba-H no puede o no debe ser el mismo que decida utilizarla. Porque así fue!!!!) y por último el político que propone una revolución teológica-política en la línea de Lampedusa, Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie.
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