miércoles, mayo 17

Cultura y Civilización

Creo que una de las discusiones más interesantes y también banales del momento es a qué izquierda pertenece Kirchner, si la populista de Chávez y Morales o la racional de Bachellet, Lula y Tabare. En el post anterior dejábamos esta discusión para más adelante. Hay realmente una pasión por descifrar este entrañable dilema Argentino. ¿Somos racionales los Argentinos? Fue racional reelegir a carlitos, votar a De La Rua y volver a votar a carlitos. ¿Es Kirchner un ser racional? En esto se juega nuestra futura conformación política, el clima de negocios, el crecimiento económico, la distribución del ingreso y otras tantas cosas que sostenemos como importantes.
La discusión ideológica en Argentina está más fuerte que nunca pero resulta desconcertante cuál es el campo de batalla – la intervención del estado en la economía. En un lado de la colina los liberales, del otro los progresistas (alguien se dio cuenta que en Argentina nadie se anima a hablar de derecha e izquierda) Al menos los primeros suponen renovadas sus teorías, por algo se hacen llamar neo-liberales. ¿Quién conoce un neo-progresista?¿Existen, hay algo así como un consenso de Washington de la vereda opuesta? ¿El ave fénix es la misma o se prefirió introducir alguna mejora genética y ahora es resistente al glifosato? Yo fecharía el final de esta discusión luego de la gran depresión sólo para abrir el gran otro debate de este siglo –las consecuencias de la técnica. Si hay común a todos los países que crecieron fuertemente luego del 45 es el uso intensivo de la ciencia y la tecnología en la explotación de los recursos y aquí no nos referimos solamente a los bienes básicos sino que agregaríamos a la gestión del recurso humano mediante la gran empresa, el reloj, etc. etc. Es el progreso en el sentido amplio que venció la batalla.
Un post vecino atribuye a una confrontación anterior la dialéctica latinoamericana, aquella de civilización y barbarie. En honor a la verdad, en Europa ya se venía discutiendo mucho un postulado similar pero en donde el segundo miembro de la confrontación no tenía una connotación negativa. El enfrentamiento entre la cultura y la civilización remitía a la prostitución del mundo a través de su mercantilización, esa propensity to bark que identificaba Adam Smith como el fundamento ético de las sociedades modernas y el control de la naturaleza mediante la técnica. Los defensores de la cultura oponían las tradiciones del hombre, su apego a la tierra y a sus costumbres ancestrales (¿tendrá algo que ver con la barbarie Sarmitiana?), las reglas establecidas del mando, el respeto y la familia. No cabe la menor duda y sobre todo después de la caída de Berlín quienes fueron los vencedores, tanto en su versión republicana, de libre mercado como en su vertiente proletaria. Estas dos grandes naciones, sin embargo, tenían algo en común, su industrialización y la capacidad de generar excedentes. Para la década del 60 ya nadie discutía en la gestión de la economía si es necesario más o menos intervención estatal pues ningún proceso económico, ni siquiera el más mínimo proceso como es la habilitación de un nuevo local o fabrica quedaban fuera de la orbita del Estado. Es cierto que cada país adaptó su forma de intervenir a los gustos locales pero los fundamentos fueron siempre muy similares. Acaso no fue necesario para crear los sistemas de seguridad social que Lord Beveridge introduzca la ciencia actuarial y las técnicas de distribución de riesgo de los seguros mercantiles.
La historia de la Argentina y sobre todo sus últimos treinta años parece haber querido transitar un camino distinto. Nadie transmite mejor ese pensamiento que nuestro queridísimo y mal comprendido doctor Grondona. En su columna del 7 de mayo en la La Nación nos dice: ...Por diversos caminos, pues, tanto en las sociedades permisivas del capitalismo liberal cuanto en las sociedades totalitarias, la familia tradicional, que es la sede donde brota la solidaridad intergeneracional, es agredida cual si fuera el enemigo principal de la modernización. Luego para agregar Pero he aquí que hay un rubro donde estar más avanzado no es "mejor", sino peor. ¿Sabremos, empero, los países subdesarrollados preservar el valor de la familia, también en peligro entre nosotros, del supuesto "progreso" de los países avanzados? Y concluir con: Pareciera entonces que los países latinoamericanos no deberíamos fascinarnos con el modelo de los países desarrollados hasta el punto de incluir como deseables las fallas morales que disuelven la familia y detienen la natalidad en Europa, un continente donde los nacimientos ya no alcanzan a cubrir las defunciones. El estilo de vida que deberíamos buscar, ¿es entonces el american way of life ? ¿O deberíamos apuntar, en cambio, a un modelo latinoamericano mixto de desarrollo, donde al lado de las ventajas incuestionables del desarrollo incluyéramos lo que todavía es valioso entre nosotros, esa amenazada vigencia de la relación familiar contra la cual tanto el totalitarismo como el permisivismo atentan por igual?
¿A quién no le puede resultar revulsiva esta conclusión del gran Doctor? Es que acaso no fue él el que había realizado su gran arrepentimiento. En donde queda esta si lo que esta expresando no es el más claro objetivo de la junta libertadora, de que cada Argentino sea justo y recto. Qué importa el desarrollo si en el camino se sacrifica lo más sagrado del ser Argentino, la obediencia y la familia. La verdadera pregunta del milagro chileno no es cómo logro veinte años de crecimiento sostenido, sino cómo logro vivir sin una ley de divorcio hasta hace no muy poco. Ni siquiera en la mismísima Italia, Vaticano de regalo en el medio, perduró una situación similar.
¿Cuál es la barbarie, perdón, la cultura Argentina? La nación católica que no necesita de más nada que sus vaquitas y la bondad del patrón fue una, los delirios de revolución en uno de los países más industrializados de Latinoamérica y con excelentes niveles de vida fue otra. No hay animo de comparar estas dos, ni siquiera Perón adscribió a la segunda sino solamente cuando se encontraba en el exilio, pero es parte de la realidad Argentina y deberíamos conocerla. ¿Qué encierran los populismos Latinoamericanos? Nadie sabe si terminarán como los viejos populismos donde el apoyo del populacho era suficiente para fogonear sus ansias de permanencia en el poder sin registrar ningún otro contendiente, por otro lado, una cosa es ser izquierda racional, otra es los travestismos políticos que sus lideres muestran. En el caso de Kirchner, mis queridos amigos, yo no tengo la respuesta pero si alguien la tiene espero me la comente.

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