El argumento del Lysis sería algo así:
Si no puede haber amor sin serle útil a quien ama y a la vez, la amistad es una posesión, entonces resultaría que no puede haber amor.
El resultado de la paradoja nos obliga a recurrir a los poetas primero, como Homero o Hesiodo, y también a quien, según Nietszche, al menos en alguna de las intempestivas, considera el filosofo que todavía no ha podido ser superado, Empedocles. En el camino, además de las intuciones poeticas, nuevas premisas serán levantadas para salvar a la amistad.
El dialogo alcanza, no ya una definición de la amistad, sino una definición de lo que es el deseo. Debemos suponer que esta no es la palabra final de Platón acerca del tema sino su introducción.
La última definición, recibida por Sócrates en inspiración divina es que el amante es amigo de los bueno y bello, siendo el amante ni bueno ni malo. No obstante, la propia definición del hombre virtuoso no puede evitar que, si la amistad debe ser útil, es condición la existencia de un último mal que justifique la elección del bien como amigo.
El último intento Platón se permite explorar una alternativa extraordinaria, qué sucede si abolimos todo los males. El argumento que se sigue tiene una estrecha relación con la discusión de la igualdad o diferencia entre la justicia y lo apropiado, pues resulta ahora que, abolidos los males, y habiendo reemplazado lo semejante por lo apropiado a nuestra naturaleza, que se sostendría solo si podemos encontrar que estos son distintos, entonces el hombre, que es deficiente no podría ser amigo de la sabiduría, como lo indica el silencio de Lysis.
1 comentario:
felicidades! muy bueno! me sirvio mucho,, gracias!
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